Desde sus inicios, nuestro país se ha caracterizado por su economía exportadora de materias primas. Hoy, el cobre representa la mayor parte de los ingresos del país, pero este tipo de economía es justamente uno de los problemas que debe afrontar Chile como nación, pues casi no tenemos industrias y las materias primas que exportamos las compramos luego con un valor agregado de manufactura.Nuestro mayor impedimento para una industrialización a gran escala es la dependencia energética. Debemos obtener combustibles fósiles de otras naciones y soluciones como la energía solar o eólica todavía están en pañales. Y no es sólo nuestro país: es bien sabido que los combustibles fósiles se agotarán en algún momento.
¿Sería posible entonces adoptar una nueva tecnología que sea igual de competitiva que éstos? Actualmente se está intentando utilizar el hidrógeno como fuente de energía renovable, pero debe ser almacenado a grandes densidades y pequeños volúmenes si se desea que sea realmente eficiente. En este contexto surgen las Buckybolas: esferas de carbono que almacenarían el hidrógeno en condiciones ideales.
¿Serían éstas las respuestas al dilema energético nacional? ¿O son, acaso, una revolución de proporciones inimaginables que cambiará el orden energético mundial?









